El pabellón son tres ejes cartesianos que hablan de la representación mental del espacio. Un punto neutro es el centro de donde se derivan las tres dimensiones. Longitud, altura y profundidad, ó x, y, z, son las variables del habitar sin entorno. Cada dimensión es un eje en donde al igual que la representación histórica de la realidad es una línea. Esta línea esta intersectada y es el primer paso pero no el último. El pabellón me demostró que la arquitectura jamás perderá lo corpóreo del ser humano por más que lo intentemos. Por más de que nos alejemos de nuestra realidad, nunca será un tema anterior. Sólo mientras la arquitectura nos permita extrañar lo importante de nuestra humanidad podemos cuestionar a la razón. Si la arquitectura fuera más comprensiva con nuestra humanidad nos lanzaría al entendimiento y la comprensión de la diferencia, en vez de hablar de un discurso que reafirma la identidad como principio diferencial.
Así es el mundo normativo. La verdad es lo primero en el mundo de la razón. Pero la verdad es ver el mundo lógicamente. Pero nada lógico me puede mostrar porqué prefiero la verdad a la falsedad. Preferir la verdad sobre la falsedad es un hecho ético y no lógico. En la vida a veces preferimos decir la mentira sobre la verdad, simplemente por que la ética nos muestra el mundo en una dialéctica diferente. Preferimos lo bueno sobre lo malo. Las mentiras pueden ser buenas. El mundo lógico es caduco. Ahora vemos lo bueno y lo malo en un mismo valor.
Pero por que nos gusta lo bueno por encima de lo malo?. Sin confundir ética con moral podemos responder que el significado ético de la vida es vivir la vida correcta; la vida feliz. La vida que nos toca en nuestra historia, nuestro estado de ánimo que determina las posibilidades de comprensión. La comprensión se enfoca en la felicidad. Pero como la lógica, la ética no se basa en un principio ético. Uno prefiere lo bueno porqué es bello. La ética se funda en la estética. Preferimos lo bello por encima de lo bueno. Lo bueno tiene un interés personal. Mientras que lo bello es lo que nos place sin interés posterior alguno. El fin último de mi pregunta. Lo bello nos asombra y nos muestra que no es nuestro lo que tenemos sino que nos usa. Todo lo que escribo me usa para escribir en la medida en que sólo después de buscar me di cuenta que me tenía que dejar usar. Usar de la belleza. Yo soy el instrumento en donde la belleza existe. Ahora me acerco a la imagen como me acerque al sueño de volar. Como un niño. Me usa para existir. Sólo que ahora no lo estudio. Ahora la vida me lo da sin buscar.
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