LA RUTINA DE LOS CIELOS

V1, V2, Rotate, Airborne, Gear up, 500 feet… Cada día comenzaba con estas palabras y desgraciadamente los sueños de libertad con los que una vez un niño soñaba, eran hoy tras unos años de trabajo la implacable rutina de cualquier trabajo. Era diferente a muchas de las rutinas conocidas, no era una oficina, ni un cubículo pero en todo caso no era algo creativo.

Madrugar exageradamente, recorrer el avión en la fría madrugada de la sabana Bogotana cubierta por niebla. La inspección de prevuelo, la lista de peso y balance, la charla con el despachador. Echar gasolina, abrir el manual de vuelo, alistar las rutas. Despegar con rumbo Zipaquirá, virar en el NDB (Non Directional Beacon) de Utica, tomar la aerovía 270 de Mariquita. Procedimiento en gota, alistarse para el descenso. Chequear con torre Bogotá, seguir cuidadosamente el ILS (Instrument Landing System), aprender a hablarle a los pasajeros en voz plana y monótona, sugerir que vuelvan a volar con nosotros, descargar, aterrizar cargar de nuevo y despegar…AHHH!!!

Como lograba esta rutina de conductor aplastar la maravilla del surcar los cielos. Se vuelve tan mecánico, todo es tan repetido y las rutas se recorren en itinerario con tal regularidad que la única sorpresa de tus días radica en las condiciones del tiempo.  La condición que el tiempo me imponía era el desasosiego.  Pero no era ese tiempo el que aliviaba las rutinas. Las condiciones que me alimentaban eran del tiempo atmosférico. El tiempo eran nubes, era lluvia era corrientes térmicas. El tiempo que variaba sin repetirse cada día era el tiempo del cielo. Los meteoros.

Cada día volaba entre nubes, claros, blancos y grises. Cada día me encontraba con los vientos, con los cirrus y su silenciosa amenaza de hielo, o los estratos y su  indicación de estabilidad.  Los cúmulos esparcidos por el espacio flotaban como copos de algodón en la cosecha. Los días soleados se les veía retozar en el horizonte. Sus formas desafiaban a lo abstracto u de vez en cuando se transformaban en gigantes. También se cargaban, se sobrecargaban. Su convertían en lluvia. En sacudimientos y brincos. He incluso el día mas soleado sin nubes asaltaba en forma de gato. (CAT Clear air Turbulence).

Pero me perdía en estas maravillas de paisaje, me impresionaba de ser capaz de estar arriba, la rutina me mataba lentamente y los sueños del aire se convirtieron en preguntas, preguntas racionales y adultas.

Si quieres que era lo que había en tierra cuando el piloto miraba, sigue leyendo aquí.

Si quieres saber que preguntas hizo el piloto pasa al siguiente link.

Si quieres saber mas sobre las nubes y sus formas pasa al siguiente link.

About
Piloto, arquitecto, artista y creador audiovisual. Con 20 años de experiencia en la producción audiovisual en diversos trabajos en el Cine, Tele-Novelas, Documentales o Comerciales, a explorado los límites de habitar las imágenes. A través de esta búsqueda ha trabajado en espacios virtuales y en la construcción y diseño de arquitectura efímera. Además de estudios en estética es graduado de la Maestría en artes plásticas y visuales de la Universidad Nacional, en donde ha empezado a explorar la producción artística por medio de explorar el espacio como materia plástica, así como los rasgos de cielo y de lo celesteque evoca su pasado como piloto comercial. Amplios conocimientos en diseño, y líder de sus equipos de trabajo. Actualmente esta trabajando en un proyecto doctoral, que investiga la manera de crear un sustento ético basado en algoritmos; que permitan a la IA (Inteligencia artificial), explorar el arte y la creación como límite de la experiencia humana.