Todo hombre sobre la tierra nace con sueños que superan su propia humanidad. El mío fue siempre el de volar. Siendo piloto rompí los limites naturales de mi existencia. Fui mas allá. Y fue precisamente allá, en el aire donde comprendí mi misión en la vida como hombre: habitar.
Me hice arquitecto y busque el significado de habitar no solo en la forma física como poblamos nuestro mundo, sino que me confronte con los limites del habitar humano en la lingüística. Habitamos con nuestras palabras.
En el transcurrir del tiempo se da la historia. Historia que para los hombres es contarla, escribirla. Yo soy un contador de historias. Y en el mundo de hoy, la mente alfabética de los hombres nos condujo a habitar la imagen. La imagen del mundo.
Así, fue como después de este recorrido, caigo desde el cielo a mi tarea para habitar el mundo. Mi habitar es un que hacer artístico. Solo en este mundo donde estoy volcado el arte me permite habitar.
Y es de esta manera, como en este recorrido de la vida; voy contando historias de lo que somos, lo que sentimos y de lo que queremos decir. Sea en construcciones o en fotografías, en videos o documentales, en el que hacer diario de la vida, en el que voy: contando historias. Dentro de la Maestría en Artes plásticas y Visuales de la Universidad Nacional de Colombia el acercamiento afrontado al iniciar los estudios me planteé un método frente a la creación que consistía en mirar el origen. En un primer momento busque en la imagen del radiotelescopio sobre el Big Bang un trazo que me diera un mapa que trazara un horizonte creativo.
Al trabajar en base a esta imagen explore varias interpretaciones de la imagen que me mostraran una posibilidad creativa frente a la Maestría. Fue de esta manera como en el transcurrir del primer semestre me enfrente con la dificultad de emprender un camino creativo. No veía un horizonte, y fue por eso que decidí trabajar un estado al que me enfrentaba en el avión cuando volaba atravesando las nubes. Este momento en el avión se llama instrumentarse. Al volar en medio de las nubes se pierde toda referencia física. El blanco esta por todo lado y se pierde la sensación de gravedad. Dentro de la nube es menester observar los instrumentos constantemente, y en especial el horizonte artificial para mantener las condiciones normales del vuelo. El horizonte artificial permite navegar en las condiciones de mal tiempo. Solo así se sigue adelante, y así decidí trabajar con ese estado como materia de la obra plástica que desarrollaba en la Maestría.
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