Cuando mire al cielo, me encontré con que hoy, el espacio y el tiempo confluyen como fuerzas iniciales en la constitución de la mirada científica sobre el origen. Claro que quiero conocer la verdad científica cada vez mas esquiva para el hombre común. Pero la verdad ya no importa en el habitar. Nunca se podrá buscar una respuesta lógica en donde la verdad sea mejor que la falsedad. Y si solo importa esta pregunta dentro de la ética, el camino del hombre completo, encontraremos que la bondad, es bella. Lo bello, la flor le da sentido al canto. Lo bueno se prefiere a lo malo porque es correcto. Lo bello lo encontramos sin buscarlo. La belleza de la flor, significa al canto de los hombres. Un encuentro que completa una relación simbiótica, evolutiva y natural.
Solo la voz del canto construye espacios humanos. Un espacio donde resuena el tono y la pausa. Un espacio de aire que infla el espíritu y lo constituye. La voz del dialogo temporal y evanescente es el espacio en donde somos una comunidad parlante en donde somos instrumento de la existencia del habitar poético. Si bien el pasado alfabético de nuestro pensamiento, convirtió a 26 sinos mudos en las líneas del mapa del mundo. El habla y la escritura distan de ser una la representación de la otra. El Yo del habla le habla a un tu que escucha. El yo que escribe le cuenta a él sobre el silencio de su pensamiento. El yo escrito, le dice al yo futuro las diferencias que el tiempo marca sobre el ser.
Y es en el poema donde la voz que suena la que construye el espacio humano. Pero para que el canto sea escuchado, no solo puede ser un gesto auto fónico que permita constituir el pensamiento. Es cuando es bello, y place cuando se funda el significado del habitar poético. No se hace por comunicar la diferencia, sino por constituir lo común del espacio de inclusión lingüística a la que estamos arrojados como especie natural. Es el fundar poético un ejemplo de el obrar del arte. Acá es donde el poeta presenta la poesía como el lenguaje capaz de trascender el sentido de esto y aquello y decir lo indecible. Es el lugar en donde nombres y cosas se funden y son lo mismo. Hay que volver al lenguaje para ver como la imagen puede decir lo que, por naturaleza, el lenguaje es incapaz de decir. El lenguaje es significado: sentido de esto y aquello. En si mismo para el poeta el idioma es una infinita posibilidad de significados. La imagen es una frase en la que la pluralidad de significados no desaparece. Entendemos ya que la verdad estética de la imagen solo vale dentro de su propio universo. La imagen poética reproduce la pluralidad de la realidad y le otorga unidad. Esta unidad que es cifra de la condición humana.
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