Para abrir este texto, el impulso inicial es una sensación constante de desasosiego. Hay algo que me deja vislumbra un futuro muy cercano en donde la humanidad esta amilanada por la inminencia de la tecnología dominante. No es una pesadilla distópica, si no más bien una migración del soporte biológico de lo humano a la existencia técnica de la maquina. Este cambio ontológico tan radical, pronuncia la nostalgia por lo que nos hace humanos, y nos lleva a preguntar si la maquina podrá trascender en esto. Para mi, la poética, y la mas sagrada relación del hombre con el mundo; son los rasgos que aún nos distancian de la existencia técnica.
Spinoza hablaba de un dios total. Y este marrano racionalista quien fue expulsado por su pensamiento panteísta que despreciaba a ese dios clásico ortodoxo, al pensar que todo es dios. Dios es natura. Y nosotros somos dios en ese sentido, incluso cuando este pensamiento era germen del racionalismo que nos alejaría del mundo en nuestra propia subjetividad. Para Spinoza dios se revela como armonía de lo coexistente, y no en un dios persona que se interesa por el destino y las acciones humanas. En su momento, la Ética de Spinoza, veía un solo camino acompañado de ciencia y religión para buscar el entendimiento de la realidad.
Al pasar por esta anotación que Spinoza hace en el S. XVII, veo que es menester emprender un entendimiento de la realidad tecnológica, que de alguna manera reconcilie a la tecnología con la naturaleza, y al re ligar la dicotomía actual entre estos conceptos; creería que se encuentra el primer paso para pensar el mañana. Varios de los científicos y especialistas que están trabajando alrededor del futuro de la tecnología ven como un desafío el cambio que se avecina. Los seres humanos tenemos alrededor de 250.000 años en los que nos hemos ido conformando como especie. Desde el dominio del fuego por parte de los cazadores y recolectores que se agrupaban en pequeñas comunidades hasta el paso del gesto a la palabra; son logros increíblemente radicales frente a las otras especies biológicas con las que cohabitamos la eco esfera que es nuestro hogar natural.
Este pasado de tantos años, fue basado en el aprendizaje colectivo y en la transmisión de la información. Puede que nos parezca hoy en día lento el ritmo evolutivo de la vida basada en el carbono; pero en realidad el código genético aprende en lapsos de tiempo mucho mas grandes que el de las generaciones humanas. De hecho, el ADN aprende por medio de los errores o mutaciones que cambian y se adaptan. Pero la experiencia de vivir; solo se adquiere viviendo, y lentamente algo de esta información de la experiencia se transforma en instinto. Pero con el Homo-Sapiens, poco a poco se fue desarrollando el aprendizaje colectivo, y podíamos exteriorizar la experiencia en un proto lenguaje que durante 200.000 años se fue refinando con cada generación humana que nacía y moría.
Pero algo increíble paso hace 12.000 años. Y fue una bonanza de energía que vino de este aprendizaje humano y fue en el valle de los ríos Tigris y Éufrates, en donde por primera vez los cazadores recolectores, domesticaron las semillas de sorgo y trigo y crearon el primer sistema de agricultura. Este fue también el nacimiento de la tecnología, que venia gestándose con el uso de herramientas y que por primera vez permito a los seres humanos crear asentamientos y con ello división del trabajo y la creación de una estructura social.
Este fue el nacimiento de la técnica y con esto, el rasgo fundamental diferencial de lo humano. Exteriorizar la experiencia en el lenguaje, transformar la viva voz en escritura, y las capacidades de conformar un espacio común entre los hombre fue el gran diferenciador de la especie humana y con esto el nacimiento de un aprendizaje colectivo que tiene una existencia en el mundo mas allá de la vida y muerte de un individuo, si no un organismo viviente que se conforma en esta esfera de conocimiento que esta involucrado en la cultura.
Pero volvamos a Spinoza. Conforme el hombre se separa de la naturaleza en su habitar. A medida que se referencia en el mundo y lo construye; se separa de lo natural. Con ello, viene la invención de dios y la construcción de la sabiduría. Al pensar, y registrar el pensamiento se va conformando esta información del mundo que supera la verdad personal y moldea a las civilizaciones. Para el filosofo, dios es la naturaleza de la que nos separamos. Y para el las emociones son expresiones de cómo esta dicotomía nos afecta. Ya después hablare de el orden geométrico que Spinoza dispuso a la comprensión del saber humano; pero es necesario entender que en esta ruptura entre mente y mundo se da la génesis del pensamiento humano. La idea de dios es pues religar al hombre con la naturaleza. Y devolver al ser humano a la coexistencia en la biosfera.
La aceleración del progreso humano, de la evolución del planeta y de la formación del universo crece de manera exponencial. Y si la vida parece in salto abismal, la aparición del homo sapiens también; no es cuando menos notable ver la tecnología autónoma como el siguiente gran paso de lo existente. En base a la línea evolutiva entendiendo el paso del tiempo como el transcurrir de lo simple a lo complejo; estamos a unos pocos años de estrellarnos contra el muro. Ray Kurzweil, lo llama “Ley de rendimientos acelerados”, el cual es incremento de la tasa de progreso tecnológico. Esta noción de la tecnología esta inmersa en la cultura digital y la red social; por lo que la tecnología es quien conforma el tejido esencial de la tecnosfera que hoy día se manifiesta en la red. Entre más avanzada es una civilización, mayor será la tasa de crecimiento. En este sentido, la tasa de rendimiento entre los años 1985 y 2015, es exponencialmente mayor a la de las décadas entre los años 1955 y 1985. Y si desarrollamos la matemática de esta ley, podremos ver que el desarrollo del S XX, se ha igualado en los primeros 15 años del S XXI; y en los últimos tres casi hemos igualado el desarrollo de los primeros 15. En esta tasa exponencial, parece ser que es muy normal el crecimiento tecnológico; pero en realidad nos encontramos con un crecimiento tal en los próximos 30 años que el hombre esta enfrentado a una pared tecnológica: que cuando menos nos hará sentir al ver el poder de calculo de la IA (Inteligencia Artificial), la misma frustración que sentimos hoy al intentar explicarle la física cuántica a un pueblo indígena. Simplemente, son mundos diferentes; incompatibles.
Ahora. Al entender esto, el pensamiento de Spinoza se vuelve relevante para mi. Es fundamental establecer un protocolo ético para programar la inteligencia artificial, que vaya más allá de la visión de las leyes de la robótica que Isaac Asimov establecía en su visión del futuro. ¿Y en que sentido se actualiza el pensamiento racionalista de Spinoza hoy? Para mí, el trazado geométrico que propuso para entender la relación entre el mundo (Dios) y el hombre (Emociones y afectos), es el punto de partida para crear un patrón algorítmico que establezca los limites éticos del pensamiento humano y que separe el raciocinio lógico de la maquina.
Para esto, antepongo un trazado basado en las ciencias normativas del pensamiento humano: la lógica, la ética y la estética. Entendiendo como normativo a los comportamientos ordenados según un grupo de leyes o normas. En un sentido elemental, la lógica, fundamenta su normatividad en la dicotomía de la verdad y la falsedad. De aquí que el pensamiento lógico matemático sea el sustento de la programación y sus lenguajes. Pero al increpar el sustento de la lógica, esta la ética humana. Es decir: preferimos la verdad a la falsedad por que es buena. La falsedad es mala. Pero este pensamiento enraizado en la moral humana, y ampliamente estudiado en el tractatus lógico filosófico de Ludwig Wittgestein, nos arroja a una base ética de la lógica. Este criterio de corrección, de la ética, de la vida correcta para el filosofo, normatiza una vida humana basada por la distinción entre el bien y el mal.
Este fundamento filosófico. Este devenir normativo de los comportamientos humanos, desobedecen la lógica y propone una ética muy desdibujada. Al pensar por que preferimos la bondad por encima de la maldad, no nos queda sino deducir que la bondad es bella. Este sustento estético de la ética, en donde se sigue la línea de pensamiento del racionalismo alemán, en donde lo bello es lo que place sin interés posterior alguno; me permite asimilar en base a este orden de ideas que la búsqueda de la belleza, en un sentido artístico. Es decir: el arte, es el ultimo rincón de la experiencia humana. Pensar en ello, en los términos actuales de la tecnología me deja intuir que la poética es la instancia de significación humana que nos separara de la maquina. Y esta experiencia de la verdad, buena y bella, que podemos definir en la historia del arte humano: conforma el ultimo plano existencial de significación de la experiencia humana; y que por tanto, se hace menester compartir con el pensamiento de la maquina, y prevenir así: el pensamiento lógico fundamental de la existencia humana en la biosfera: a saber: un error transicional en donde el soporte del significado pasa de un soporte biológico a su existencia autónoma en el signo, donde cualquier inteligencia artificial con sentido común deducirá en los próximos años del devenir humano.