El debate arquitectónico de este fin de siglo, pone sobre la mesa diferentes campos que no son propiamente arquitectónicos. El proyecto arquitectónico está condicionado por diferentes aspectos que van más allá de un planteamiento arquitectónico por parte del arquitecto. Las normas de planeación, los deseos del cliente y la necesidad de una mayor ganancia económica sacrificando las calidades espaciales de la arquitectura. De aquí la pertinencia de preguntarnos acerca de estas nuevas determinantes. Hay que revalorar la actitud de la arquitectura frente a estos cambios sociales, culturales y económicos. Entender la dinámica de las relaciones que forman nuestras ciudades impulsa a modificar el discurso arquitectónico. Los nuevos ciudadanos han modificado la manera de relacionarse en la ciudad. Lo que anteriormente conformaba la vecindad, a sido transformado de manera radical. La vecindad concluía en cercanía. Bajo la influencia de las medios de comunicación contemporáneos la cercanía se aleja de la distancia. De la misma manera, modificando conceptos como distancia, cercanía o tiempo se transforman los dominios de lo público y lo privado.
Preguntarse por el origen es una forma de comenzar a entender nuestra concepción común de un concepto o una idea, en este caso, arquitectónica. La búsqueda del origen nos lleva a encontrar lo esencial y lo permanente en las cosas. Pero para llegar a la idea original, tenemos que entender lo que significa la arquitectura a nuestro sentido común, ya que de esta forma se aclara lo que hoy por hoy comprendemos como idea arquitectónica. El habitar de hoy es meramente funcional, es decir lo vemos como un fin, enmascarado bajo necesidades básicas de techo, espacio y luz. Es así como al pensar el origen de todo habitar, estamos obligados a preguntarnos por el significado del mundo. Todo habitar fue, es y será un habitar en el mundo. Propiamente las hipótesis científicas nos dibujan al hombre primitivo habitando las cavernas, teniéndose que arreglar en la lucha por el alimento, o contra la inclemencia del tiempo. Es algo que encuentran, usan y abandonan. Pero para que el reparo se transforme en arquitectura es necesario que sea un proyecto. Que quiere decir este proyecto?. El proyecto permite al hombre prever, es decir situarse no exactamente en el presente, sino ligeramente retrasado, teniendo la intencionalidad de la acción. El hombre propiamente se encuentra en la distancia, al situarse antes del presente, es decir, al proyectar. Sólo por medio de una experiencia con la palabra podemos hacernos conscientes de esta distancia. La palabra es la manera en que el hombre frecuenta al mundo. La palabra nos habla de una ausencia; nos dice nuestra comprensión común, como el hecho que constituye una comunidad parlante. Sólo al entender la distancia, vemos nuestro habitar como un distar.
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